La comida es descrita como increíble, de 10 y muy recomendada. Los platos son de excelente calidad, con sabores y texturas perfectamente armonizados. Recomiendan especialmente la cigala con carpaccio de manitas y aceite de piñones y trufa, así como el entrante de esturión con caviar.
El servicio es descrito como correcto, profesional y atento. Destacan la recomendación de vinos por parte del sumiller, quien es amable y acertado. Aunque mencionan que el servicio puede ser algo frío, en general es valorado positivamente.
Los platos son servidos en vajilla muy acorde a los mismos, realzando su aspecto visual. Las técnicas culinarias son bien ejecutadas y los platos son equilibrados en sabor. Algunos aperitivos son descritos como más bonitos que expresivos en su sabor.
Algunos clientes mencionan que el tiempo de espera entre plato y plato es excesivo, especialmente si no se opta por el maridaje. Sugieren diferenciar entre mesas con y sin maridaje para agilizar el servicio. También se destaca que la piel del rodaballo debería ser retirada, ya que contiene partes duras que estropean el plato.
Los clientes expresan su deseo de volver al restaurante, a pesar de las pequeñas mejoras sugeridas. Destacan la calidad de la comida, el servicio profesional y la experiencia en general como algo inolvidable. Consideran que el restaurante merece más estrellas Michelin y lo califican como el mejor de los que han probado con esta distinción.